sábado, 14 de marzo de 2015

Haciendo las cosas así, ¿Cómo queremos conseguir clientes?


Hace mas o menos tres meses, me llamaron por teléfono de una compañía para ofrecer sus servicios, en este caso de transporte por carretera.

Como en mi empresa yo soy el responsable de estos temas y ante todo soy comercial y vendedor, escuche con interés la oferta (aunque en ese momento no teníamos necesidad de cambiar de proveedor) como escucho y atiendo a todos los que se dedican a la venta, faltaría más.

 La conversación, muy educada y agradable por cierto, acabo en un "te envio un correo con una presentación, lo miras y luego te llamo y lo comentamos". Hasta aquí perfecto.

 Recibí el correo al cabo de unos quince días. Cuando lo recibí ya me pareció algo raro que hubiera tardado tanto, pero en fin. Como andaba un poco liado ese día lo tuve que dejar para verlo más tarde... y se me olvidó.

La semana pasada (o sea, tres meses después de la primera conversación) recibí una llamada de la misma persona y me pregunto si había visto la presentación y que me parecía. Si, si: tres meses después... Como si hubiera sido ayer, con total naturalidad, sin un "perdón por el retraso en llamar".

 Logicamente, ni me acordaba. Entonces me dijo que me mandaba de nuevo la información, para refrescar la memoria... A día de hoy no la he vuelto a recibir.

Conclusión: de entrada, nunca contrataría a esa empresa. Demuestran poco interés (más bien ninguno). De todas formas y como me sorprendió mucho el asunto, le pregunté por el tiempo que llevaba en la empresa ya que pensé que igual tenía poca experiencia y se merecía una oportunidad (yo cuando empezaba a trabajar las liaba gordas también... y las sigo liando, claro). Me dijo que llevaba tres años en su empresa... Alucinante.

Por otro lado, otra compañía del mismo sector me llamo hace un par de semanas para ofrecer lo mismo que la anterior: transporte de mercancías por carretera. Una vez mas, escuche con atención y quedaron en enviar una presentación. La enviaron a los tres minutos. Impresionante, que eficacia! Hasta aquí todo perfecto. Leí la presentación y me resulto muy interesante. De hecho, me apunte en el outlook llamarles yo en cuatro días para tener una reunión.

 Al día siguiente (lo prometo), me llamo la misma persona y curiosamente me repitió punto por punto la misma historia, como si no me conociera de nada (repito, al día siguiente). Le dije que ya había hablado con él ayer, que si no se acordaba, a lo que me respondió que no, que me mandaba una presentación y que hablábamos. Pues nada, majo, mándala (otra vez).

Me la manda a los dos minutos de colgar: la misma presentación, el mismo texto en el correo. No cambiaba ni una coma. Le conteste de inmediato, copiando el primer correo y diciéndole: ves? Ya me lo habías mandado...

 Me contesta al minuto diciendo que tenía razón, pero que no importa, así lo tengo dos veces...

¿Para qué quiero dos veces lo mismo? En fin.

 Esa misma tarde me llama para ver si había ya visto la presentación, que si les contrataba, etc. Todo muy rápido.

Conclusión: como en el primer caso, de entrada no les contrataría. Demuestran descontrol absoluto, insistencia exagerada y quizás urgente necesidad de nuevos clientes. También le hice la misma pregunta que en el caso anterior (tiempo en la empresa) por si tenía poca experiencia y era perdonable. Me dijo que cuatro años... Mas alucinante incluso que el anterior.

Los dos casos son sorprendentes. Sabemos que los comerciales son fundamentales y en muchos casos (o en casi todos) son la primera impresión de la empresa que tienen detrás. Ellos hacen que se pierdan o se ganen muchas ventas y clientes... ¿Serán esas las directrices que les han marcado en sus empresas para captar nuevos clientes? ¿Estarán desmotivados o mal dirigidos? ¿Les habrán explicado cómo tienen que hacer su trabajo? Algo pasa, desde luego.

Por tanto, cuidemos esos detalles, organicemos bien nuestro trabajo, "perdamos el tiempo"  en formar y hablar con los equipos comerciales, pidamos ayuda si nos vemos superados o desbordados y seamos profesionales (jefes y empleados, por supuesto).