Hace unos días, tuve la oportunidad de hablar con un buen colaborador (y amigo) sobre
varios temas. Hablando mientras tomábamos unos vinos le pregunté que qué era
para él una gran cuenta y si tenían en su compañía personal dedicado
específicamente a esos clientes. La respuesta desde luego me llamó mucho la
atención.
Me dijo que “todos los responsables de ventas de su empresa
son gestores de grandes cuentas, ya que todos los clientes se deben gestionar
como grandes cuentas”.
Cuando menos curioso, ¿verdad?
Continuó diciéndome que, como todos sabemos, un gestor de
grandes cuentas o KAM, es un vendedor
que además de eso es socio colaborador del cliente, es decir que conoce las
necesidades del mismo a la perfección, que aporta soluciones de mejora, que
conoce la organización de esa empresa perfectamente y a veces trata con
diferentes personas de distintos departamentos para tener una visión global de
la situación. Además, suele ser el único interlocutor para todo (o casi todo) lo
que necesite ese cliente incluso en su propia empresa y además tiene dotes
especiales de negociación.
Entonces me dijo: “¿acaso no es eso lo que buscamos que hagan
todos los vendedores, comerciales, técnicos comerciales, jefes de ventas, etc.
con todos los clientes? La respuesta es sí, luego, la diferencia entre gran
cuenta y el resto de clientes puede ser si queremos la cifra de facturación, la
rentabilidad, la estrategia de la empresa, etc. pero no la forma de interactuar
o tratar con el mismo ya que todos los clientes se merecen la máxima atención:
todos son grandes cuentas”.
Pues en cierta manera tiene razón.
Dado que su empresa es grande tanto en personal como en
facturación y con clientes en todo el mundo (se dedica a fabricar componentes
eléctricos) y que además le va muy bien, su respuesta me resultó digna de
mención y comentario en este blog, máxime porque el cargo que tiene en su
empresa es el de director general.
¿Qué opináis?
Una pequeña cuenta para tu empresa, que no es ni más ni menos que un cliente, es decir, un TESORO, puede convertirse en un futuro en una grande. Todo depende de nosotros: de nuestro trato hacia él, de nuestra ayuda, de ganarnos su confianza y, para ello hay que trabajar el día a día en pro de unas relaciones sólidas y duraderas con él. Hay que abonar, regar, limpiar malas hojas para que esa planta crezca.
ResponderEliminarGran verdad: Todo depende de nosotros. Gracias Ignacio.
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