domingo, 12 de junio de 2016

La motivación extra que nos proporciona nuestros clientes


En los departamentos comerciales de manera habitual se suele hablar de objetivos, cifras de ventas, márgenes de beneficio, nuevos clientes, etc. Y eso está bien, es lo normal.

Todo esto suele ser motivador (o al menos, debe ser motivador) para la empresa y para el equipo comercial en general y para el comercial en particular.

Pero, hay otra motivación personal, que nos tiene que generar una motivación igual de satisfactoria o incluso mayor: la satisfacción de ver a un cliente contento.

Y es que, al menos para mí, no hay mayor motivación que el poder ver y constatar que un cliente ha mejorado o ha solucionado algún problema gracias a nuestra acción, a nuestro consejo y a la solución aportada.

Es muy reconfortante cuando visitas a ese cliente y te explica lo bien que les ha servido tu consejo y lo satisfecho que está con tu trabajo, con tu asesoramiento, con tu implicación en su proyecto y en su empresa.

Esta motivación externa no suele servir para casi nada dentro de nuestra propia empresa, ya que no se observa la mayoría de las veces: es algo entre uno mismo y sus clientes, pero esa sensación que nos llevamos de alegría, ilusión y de haber sido capaces de “ayudar” a nuestro cliente, el cual nos lo reconoce, es más que suficiente para que nos vayamos a dormir tranquilos y con la seguridad de que estamos haciendo las cosas bien, de que somos buenos profesionales.

A veces, los clientes actúan por tanto como los principales motivadores de los comerciales, por encima incluso de la propia empresa. Esto ni es malo ni es bueno: simplemente es así. Por lo tanto, cuando estés bajo de moral o tengas un mal día, acuérdate de tus clientes y de su reconocimiento y recuerda lo buen profesional que eres y el buen trabajo que haces.