domingo, 18 de enero de 2015

La “temida” zona de confort.


Supongo que más o menos todos habréis oído hablar de la zona de confort. Es ese lugar en el que estamos cómodos y felices… o eso al menos se piensa.

El que no tiene mucha ambición o interés en avanzar se suele quedar ahí, con una actitud conformista. A veces, se queja pero no suele hacer nada al respecto.

Hay otros que son más inconformistas, ambiciosos, etc. y que se atreven a salir de esa zona de confort  y explorar más allá. Esos son los que triunfan.

Aplicado a los departamentos comerciales de las empresas, es similar. Frecuentemente, en una empresa hay comerciales que venden lo que venden: no se puede hacer más, el mercado está mal, etc. y se acaban acomodando o haciendo lo que le dice su jefe: zona de confort.

Fuente fotografía: www.elartedepresentar.com
Esa actitud viene a veces motivada por la dirección de la empresa que ha decidido no invertir, no avanzar: “para que meterse en líos, en cosas nuevas, en oportunidades que requieren trabajo, análisis y esfuerzo… nos va bien así para que cambiar…” y mantenerse en una “falsa” zona de confort, actitud que en ocasiones se traslada a toda la organización. El problema es que esa actitud acabará con la empresa antes o después porque seguro que hay un competidor que está trabajando de otra manera y nos comerá el terreno y además el talento que pueda haber en esa empresa acabará huyendo a otros sitios en los que se les permita demostrar sus posibilidades (los comerciales con ambición serán los primeros, no lo dudéis). Se quedarán los conformistas: se augura mal futuro…

Hay otras empresas y comerciales que siempre tienen planes y opciones nuevas con clientes o con potenciales, saben sacar partido al mercado esté como esté, avanzan, innovan, piensan, crecen  (salen continuamente de la zona de confort). Este tipo de empresas y personas innovadoras dedican parte de su tiempo a analizar la situación y a pensar cómo y dónde pueden crecer, avanzar y lograr nuevos proyectos. Estos son los que acaban triunfando lógicamente: siempre van un paso por delante y generan motivación, buen clima laboral e innumerables oportunidades para no “aburrirse”.

Así pues, yo animo a todos (empresas y personas) a que salgáis de la zona de confort (siempre con cabeza y control, claro) y no seáis conformistas. Para esto, hay que tener decisión, trabajar, pensar, analizar, etc. pero los resultados que se logran merecen la pena: motivación personal, superación, éxito...

España 2015. Sí. A lo mejor salimos de esta...


Comienza un nuevo año. Personalmente os diré después de unas vacaciones con desconexión total  (por primera vez en mi vida…) que tengo una gran ilusión y esperanza por el año nuevo (igual es el espíritu navideño que aún me dura…).

Está bastante generalizado el hecho de que lo peor de la crisis ha pasado. Yo no pienso entrar en política con sus mensajes interesados: lo que realmente importa es lo que uno ve y no lo que nos cuentan los de uno u otro lado o de los que están de moda y de los que no.

Yo veo más ilusión, más gente en restaurantes, en centros comerciales, en tiendas… y consumiendo, no solo mirando.

Hablas con la gente (la que tiene trabajo, claro) y muchos dicen que les va mejor en su empresa, que las expectativas son buenas.

Hablas con gerentes y directivos y muchos creen que van a ampliar la plantilla y que incluso tienen planes, perspectivas o al menos ven una luz al final del túnel: las expectativas son altas (o al menos, más altas que en  los años pasados).

No, no me he vuelto loco ni quiero que me critiquéis hasta la extenuación por estos comentarios políticamente incorrectos en los tiempos que corren ya que esta es mi humilde opinión sobre lo que yo veo a mi alrededor.

Porque lo que está claro es que si salimos de esta en España es únicamente gracias al trabajo y a los sobreesfuerzos de todos: absolutamente de todos. Aquí en general  no somos más tontos que en otros países, creedme.

Pero lo más importante es que los que hemos tenido la suerte de trabajar y no habernos visto especialmente afectados por la crisis dejemos de quejarnos porque creo que ya no tenemos derecho a hacerlo (vaya por delante que yo no lo he hecho). Es aburrido seguir escuchando como la gente se queja de que le subieron los impuestos (yo estoy en contra, pero si era para que se puedan pagar seguros de desempleo, etc., estará bien invertido: hay que ayudar, tenemos trabajo y hay que pensar bien...), de que hay recortes y tenemos que trabajar más con menos personal (sí, pero tienes trabajo…), de que nadie se gastase un euro aún teniendo el mismo poder adquisitivo (o más) y anulando el consumo (por si acaso… está la cosa muy mal) y un largo etcétera de cosas similares.

Porque, ¿de qué sirve lamentarse? Es que, si no se hubiera gastado el dinero en aeropuertos, en trenes sin pasajeros, etc... si los bancos no hubieran dado hipotecas como si no hubiera un mañana sin apenas garantías de devolución… si algunos (y voy a ser suave) hubieran gestionado mejor los fondos públicos… Ya. Pero eso ya está hecho. Mal hecho seguramente pero ya está hecho: Es historia. Ya hemos hablado demasiado de eso y creo  ya nos toca mirar al frente, sin miedo.

Estamos donde estamos y tenemos que pensar en el futuro. Por tanto está en nuestras manos el tener ilusión, pensar en los demás y mejorar día a día. Trabajar, incrementar el negocio, buscar oportunidades (que siempre las hay), crecer, avanzar y entre todos salir definitivamente de esta.

Eso sí,  pensando siempre en los que lo han pasado (y lo siguen pasando) mal, muy mal: Ellos sí tienen derecho a quejarse y nosotros a entenderlos, escucharlos y a ayudar en la medida de lo posible.

Por tanto: a vender (con cabeza como siempre) y feliz e ilusionante año nuevo a todos.