Supongo que más o menos todos habréis oído hablar de la zona
de confort. Es ese lugar en el que estamos cómodos y felices… o eso al menos se
piensa.
El que no tiene mucha ambición o interés en avanzar se suele
quedar ahí, con una actitud conformista. A veces, se queja pero no suele hacer
nada al respecto.
Hay otros que son más inconformistas, ambiciosos, etc. y que
se atreven a salir de esa zona de confort
y explorar más allá. Esos son los que triunfan.
Aplicado a los departamentos comerciales de las empresas, es
similar. Frecuentemente, en una empresa hay comerciales que venden lo que
venden: no se puede hacer más, el mercado está mal, etc. y se acaban acomodando
o haciendo lo que le dice su jefe: zona de confort.
Fuente fotografía: www.elartedepresentar.com
Esa actitud viene a veces motivada por la dirección de la
empresa que ha decidido no invertir, no avanzar: “para que meterse en líos, en
cosas nuevas, en oportunidades que requieren trabajo, análisis y esfuerzo… nos
va bien así para que cambiar…” y mantenerse en una “falsa” zona de confort,
actitud que en ocasiones se traslada a toda la organización. El problema es
que esa actitud acabará con la empresa antes o después porque seguro que hay un
competidor que está trabajando de otra manera y nos comerá el terreno y además el
talento que pueda haber en esa empresa acabará huyendo a otros sitios en los
que se les permita demostrar sus posibilidades (los comerciales con ambición
serán los primeros, no lo dudéis). Se quedarán los conformistas: se augura mal
futuro…
Hay otras empresas y comerciales que siempre tienen planes y
opciones nuevas con clientes o con potenciales, saben sacar partido al mercado
esté como esté, avanzan, innovan, piensan, crecen (salen continuamente de la zona de confort).
Este tipo de empresas y personas innovadoras dedican parte de su tiempo a
analizar la situación y a pensar cómo y dónde pueden crecer, avanzar y lograr
nuevos proyectos. Estos son los que acaban triunfando lógicamente: siempre van
un paso por delante y generan motivación, buen clima laboral e innumerables
oportunidades para no “aburrirse”.
Así pues, yo animo a todos (empresas y personas) a que
salgáis de la zona de confort (siempre con cabeza y control, claro) y no seáis
conformistas. Para esto, hay que tener decisión, trabajar, pensar, analizar,
etc. pero los resultados que se logran merecen la pena: motivación personal, superación,
éxito...
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