Pues sí, así es. El departamento comercial, de ventas, etc.
es en toda empresa el punto de arranque de la actividad de la misma: sin
ventas, el resto no tendría mucho sentido.
Esto es muy motivador pero también una tarea de muy alta responsabilidad.
Todas las empresas lo saben (alguna igual no lo dice, pero lo sabe y debería
decirlo).
Hoy me voy a centrar en una (hay más) de las actitudes que
nos harán triunfar: el optimismo.
No se puede vender a todos los clientes. Existe el “no” y
hay que convivir con ello. Aceptarlo e integrarlo como parte de la venta: nada
de decepciones. Si vemos que no puede ser: a por otro objetivo. Es obvio y todo
el mundo lo sabe pero conviene repetirlo: El “no” de un cliente a un comercial,
jefe de ventas, etc. no es un rechazo a la persona sino a la empresa que
representa y puede ser motivado por precio, calidad, plazos de entrega,
afinidad con un competidor y en ocasiones por no haber sido capaces (y eso sí
es “culpa” nuestra) de descubrir realmente la necesidad del cliente y haber
usado una estrategia errónea. No pasa nada, de los errores se debe aprender: ya
tenemos más experiencia para el futuro.
Como sabemos, a veces conseguir un cliente no solo requiere
del contacto con el mismo. Hay que venderlo también y negociarlo dentro de nuestra
propia empresa cuando es una buena oportunidad pero requiere algún tipo de
modificación o aprobación a lo establecido como estándar por nuestra compañía.
Pero, ahí sois vosotros los que tenéis que llevar la voz cantante: explicar por
qué hay que conseguir ese cliente y preparar una argumentación clara, con datos:
una estrategia. Como antes, si la respuesta pese a todo es “no”, una vez más
nada de decepciones: analizar por qué y buscar alternativas para casos futuros
(otra vez, más experiencia).
Así pues:
Analizar detalladamente lo bueno y lo malo, los éxitos y los
fracasos, por qué aquí esto funciona pero allí no, aprender y pensar cómo
actuar (estrategia, plan de acción, alternativas, etc) si nos surge algo
parecido en el futuro es lo que da experiencia.
Hablar con el resto del equipo para buscar alternativas, con
el jefe (que seguro que se equivoca mucho también y querrá aprender) y por
supuesto, analizar y trabajar en equipo es
lo que da motivación.
Por tanto, y en mi opinión, experiencia más motivación más
optimismo es igual a éxito personal y por lo tanto éxito de la empresa.