Una de las cuestiones que más se debaten es si las
reuniones de trabajo en general y las de ventas en particular deben ser de
mayor o menor duración.
Es decir, si nos reunimos para un tema concreto, se debe
tener como objetivo la resolución de ese asunto o la definición de como actuar.
El caso de las reuniones de ventas tiene que perseguir el
mismo objetivo: trabajar en equipo en la búsqueda de soluciones y definición de
estrategias de futuro. Debe ser por tanto motivadora, amena, participativa y resolutiva.
Por tanto, si somos capaces de debatir en equipo, aportar
soluciones y concretar líneas de actuación, que más da si la reunión es larga o
corta?
A veces se dice que una reunión de ventas muy larga es
improductiva. Desde luego, si es para limitarse a dar un discurso eterno sobre
el estado de las ventas y luego tener una conversación entre el director y cada
uno de los comerciales mientras el resto está pensando en a ver si se acaba ya
esto, a ver si cuando me toque a mi no me meten mucha caña, etc. pues sí, es
improductiva independientemente de la duración de la misma.
Si por contra la reunión de ventas está bien planteada,
tiene una agenda clara, toca temas que son de interés de todo el equipo
comercial, se produce interacción con otros departamentos, se habla sobre los
clientes más importantes, se permite que todos hablen y aporten (debate) y al
final se sacan conclusiones, una mayor alineación del equipo con la estrategia
de la empresa y una lista de cosas por hacer con responsables y plazos para
ejecutarlas, en este caso el tiempo (mucho o poco) estará perfectamente bien
invertido.
Así por tanto, cuestionar la duración de una reunión
dependerá de como se plantee la misma:
- Corta y bien planificada, perfecto. Larga y bien
planificada, también.
- Corta y mal planificada, mal. Larga y mal planificada,
peor.
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